Vence la endometriosis con estos 5 pasos

Vence la endometriosis con estos 5 pasos

Si estás leyendo este artículo es probable que seas una de las 2 millones de españolas con endometriosis. ¿Sabes que un 5-10% de las mujeres tienen endometriosis?

La endometriosis es una de las enfermedades ginecológicas, quitando el cáncer, que más nos asusta. Esto es principalmente porque se asocia con problemas de fertilidad y dolor, muchas veces crónico y que puede ocasionar limitaciones en nuestra esfera sexual, laboral y social, en definitiva que disminuye la calidad de vida.

Existe un abanico amplio de posibilidades y debemos poner en marcha todos los esfuerzos para establecer qué tipo de endometriosis tienes; así como mejorar los síntomas y sus complicaciones. De entrada hay varias cosas que tú puedes hacer para ayudar a mejorar la enfermedad.

Hoy voy a dedicar este artículo a ofrecerte 5 pasos para vencer la endometriosis.

1. Reconoce la situación


Una vez tengas el diagnóstico, conoce tu enfermedad

Toma conciencia de lo que está ocurriendo. La mejor forma de empezar es conocer qué es la endometriosis, qué tipos hay y cuáles son las mejores opciones para ti.

Como probablemente sepas, la endometriosis, que no es otra cosa que la presencia de tejido endometrial (la capa que recubre el interior del útero y que se desprende con la regla) fuera de la cavidad uterina.

Las causas y los mecanismos no se conocen del todo, pero ese tejido produce inflamación con el consiguiente dolor: regla dolorosa (dismenorrea), relaciones dolorosas (dispareunia), dolor crónico en la pelvis e incluso al ir al baño (disquecia o disuria). También puedes tener sangrado, si afecta a las paredes del útero, recto o vejiga. Además, esta inflamación puede afectar a tu fertilidad. 

Algunas veces el dolor es consecuencia de las cirugías, como resecciones intestinales, que pueden afectar  de forma importante tu calidad de vida.

Existen tres tipos fundamentales de endometriosis:

– Endometriosis peritoneal. Cuando está en la capa fina de tejido que recubre tanto la cara interna de la cavidad abdominal, como la cara externa que envuelve los órganos que esta contiene.

– Endometriosis ovárica. Aparece en los ovarios formando cavidades quísticas, que están formadas por sangre.

– Endometriosis profunda. Si los implantes de endometrio afectan a los órganos y estructuras, como el intestino, la vejiga urinaria, el uréter, los nervios pélvicos y menos frecuentemente, el pulmón, la pleura

La adenomiosis. Es considerada una forma de endometriosis donde el tejido endometrial afecta a la pared del útero y ocasiona sangrados.

Como ya puedes imaginar, no todas las endometriosis tienen las mismas consecuencias para ti. Además dependiendo del momento del diagnóstico y de los síntomas, puedes optar por diferentes alternativas.

Es fundamental que dispongas de toda esta información para saber qué te ocurre y tomar decisiones adecuadas. Infórmate.

2. Aceptación y aceptación, no queda otra


En este punto tienes que reconciliarte contigo y entender que NO ES TU CULPA tener una enfermedad (aun cuando los demás te hagan pensar lo contrario).

Es frecuente que el diagnóstico se haya hecho después de muchos años de dolor, peregrinando de médico en médico y con pocas respuestas; sin encontrar nada especial en las exploraciones. Esto produce frustración, lo que supone una dificultad para superar y vivir la enfermedad.

El componente emocional puede ser tu arma de defensa. “La mente es poderosa”… Dominar tus emociones (como la ira, la decepción, y la tristeza) es algo que tendrás a tu favor y que te va a favorecer en el proceso, evitando que caigas en problemas emocionales como la depresión y la ansiedad.

En ocasiones en la endometriosis, no solo tienes que luchar contra los síntomas de la enfermedad si no que puede afectar en tu vida sexual, produciendo problemas de pareja.

Busca apoyo profesional que pueda trabajar estos temas contigo y con tu pareja.

3. Fortalece tu autoestima


Tener endometriosis NO CAMBIA QUIEN ERES. La endometriosis no te resta nada como persona. Tú padeces de endometriosis, pero la endometriosis no te define y no cambia tu esencia. Quiérete y convéncete de que mereces ser feliz y de que vas a conseguirlo.

Toma acciones decisivas, mira las alternativas que tienes y ejecútalas con serenidad y autoconfianza.

4. Redirecciona tus metas


La endometriosis no dirige tu vida. Trázate metas realistas, tomando en cuenta tu estado de salud actual y procura que esas metas sean a corto plazo, para que puedas ver resultados. Recuerda que nada es lineal en la vida; somos seres cambiantes, por lo que si algo no funciona, buscamos otra forma de hacerlo, sé flexible.

Aunque te puede parecer mentira, tú tienes mucho que hacer en tu enfermedad. Esta enfermedad es crónica, con lo que tendrás que lidiar durante gran parte de tu vida. 

– Evita el tabaco y el alcohol: Activan la inflamación y potencian el dolor. Además ten en cuenta que si fumas pueden estar contraindicados algunos tratamientos como los anticonceptivos.

– Incrementa el consumo de aceite de oliva, vegetales, cereales integrales, legumbres y frutos secos, ya que son protectores. El consumo elevado de grasas saturadas como la carne roja, embutidos, derivados lácteos de leche entera, huevo, cereales y azúcares refinados, se consideran alimentos proinflamatorios, así como favorecedores de secreción de estrógenos, por lo que mejor reduce su consumo.

– Controla tu peso: la obesidad puede complicar la eficacia del tratamiento médico, incrementando el riesgo del tratamiento hormonal y dificultando el abordaje quirúrgico.

– Haz deporte: El ejercicio físico contribuye a mejorar el dolor y a disminuir los niveles estrogénicos, mejorar la ansiedad y los síntomas depresivos, en definitiva tendrás más calidad de vida.

– Rodéate de personas que te ayuden, tanto en el plano personal como profesional. Hay asociaciones y guías que pueden ayudarte, pregunta a tu médico.

5. Desarrolla tu resiliencia


Es indispensable desarrollar tu resiliencia. Y te preguntarás qué es esto y porqué hacerlo.

Se trata ni más ni menos que la capacidad para afrontar los problemas y adaptarnos lo mejor posible a una situación.

Ser resiliente no tiene que ver con no sufrir o con resistir, es más bien adaptarte a la enfermedad, desde el equilibrio y la serenidad.

Es un propio reto que puedes desarrollar. Te animo a ello:

– Gestiona tus emociones y tus respuestas: sé tolerante contigo mismo y permítete sentir las emociones, dejándolas salir sin quedarte atrapado en ellas.

– Es el momento ideal de practicar atención plena o mindfluness (puedes hacer meditación, yoga..). A medida que te vayas conociendo, serás capaz de afrontar la situación de forma mucho más calmada.

– Háblate en positivo y mantén confianza en ti misma. No te dejes llevar por la negatividad, evita rumiar los pensamientos negativos. Deja reservados unos minutos al día para hablar de lo que te preocupa, pero libérate el resto del tiempo.

– Piensa que hay salida y si no puedes con ello, pide ayuda.

Hoy sabemos que trabajando todos estos puntos conseguirás disminuir el dolor y la ansiedad, mejorando la necesidad de tratamiento y también tu calidad de vida.

Busca tu motivación e intenta ver las dificultades como una posibilidad para ti. ¡Te acompañamos en el camino!

No sé si con este artículo te he resuelto todas las dudas, espero que sí, pero si tienes alguna duda de tu caso en concreto, no dudes en contactar con nosotras a través de nuestra consulta.

Ana Alfonso Sánchez-Sicilia

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