Con sólo una frase te podría contestar a esta pregunta: El cáncer de cérvix es el tercer cáncer más frecuente entre las mujeres y el cribado mediante citología, ha conseguido disminuir la mortalidad de este tipo de tumores hasta un 80%.

Solo con leer esto, ya deberías estar pidiendo cita para hacerte una citología, si hace más de 3 años de la última.

Gracias a los programas de screening del cáncer de cuello, con la realización periódica de una citología o la detección de la presencia del virus del papiloma humano (VPH), podemos diagnosticar y, si es necesario, tratar precozmente las lesiones precursoras del cáncer cervical (que son las que si no se tratan, pueden evolucionar a cáncer).

Con esta técnica tan sencilla, conseguimos un diagnóstico precoz y lo que es mejor, una disminución en el número de cánceres y por tanto de la mortalidad causada por el mismo. 

¿Y en qué consiste la citología?

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Hay gente que lo llama frotis vaginal o test de Papanicolaou (el nombre del médico que la desarrolló) y se realiza desde la primera mitad del siglo XX.

Se trata de una prueba muy sencilla, en la que se recogen células del epitelio que cubre el cuello del útero y de la vagina.

El cérvix o cuello uterino, es la parte inferior del útero y a diferencia del resto del útero que está en  el interior de tu cuerpo, en la pelvis, es decir, dentro de tu tripa, el cuello se encuentra en el exterior del mismo, y podemos acceder a él a través de la vagina. 

Para hacer esta prueba, es necesario colocarse en esa postura que tan poco nos gusta a todas:  la mesa de exploración ginecológica. Con respecto a esto, te diré que las actuales camillas ginecológicas han mejorado bastante y suelen ser más cómodas, con perneras forradas que hacen que, aunque la postura sea desagradable, la exploración no se convierta en una tortura.

Con ayuda de un espéculo, (ya sabes, hay quien lo llama pico de pato), que  se introduce en la vagina, podemos separar sus paredes y acceder al cuello del útero.

Una vez expuesto el cérvix, se utiliza un cepillo y un palito con el que se frotan las superficies, tanto de la vagina, como del cuello uterino. De este modo se consigue que se desprendan las células, que posteriormente estudiarán los patólogos con el microscopio.

Estas células recogidas se pueden extender en un cristal o en un medio líquido. Este último método es más recomendable ya que tiene la ventaja de que te permite estudiar la presencia del virus del papiloma humano (VPH) si fuera necesario.

¿Cuándo hay que hacerse la primera citología y cada cuánto tiempo hay que repetirla?

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En España cada comunidad autónoma tiene una estrategia diferente para el screening del cáncer de cuello uterino.

En la mayoría es un cribado oportunista, que quiere decir que cuando acudas a la consulta para cualquier cosa, se debe aprovechar para actualizar tu citología.

En resumen tú tienes que estar pendiente y solicitarla, nadie te va a llamar cuando te toque actualizarla, apúntatelo en el teléfono o en la agenda, donde vayas a recordarlo fácilmente, pero no lo olvides, tu salud está en juego.

 

Las recomendaciones para realizar una citología son las siguientes:

• Realizar entre los 25 y los 65 años.  Algunos protocolos recomiendan iniciar las citologías a partitr de los 21 años, pero en general, no se recomienda comenzar antes de los 25 años, por la frecuencia de infecciones transitorias por el virus del papiloma humano a esta edad. A los 65 años se puede finalizar el cribado si te has realizado 3 citologías previamente normales y no tienes antecedentes de neoplasia cervical intraepitelial (CIN) en los 20 años anteriores.
• Se recomienda realizar una citología cada 3 años o un test para la detección de VPH cada 5 años (esta última, no se recomienda a menores de 30 años).
• No es preciso que te hagas citologías si te han realizado una histerectomía total (en la que te quitan el útero y el cuello de útero, independientemente de que te dejen los ovarios) por un problema benigno.
• En mujeres inmunodeprimidas se recomienda iniciar el cribado a los 25 años y repetirlo cada año.
• En mujeres con antecedente de neoplasia intraepitelial de cérvix de alto grado (CIN II-III), se recomienda un seguimiento durante los 20 años posteriores.

Me gustaría que después de leer este artículo, quede claro que el cáncer de cérvix es una enfermedad que puede desaparecer, si todas nos concienciamos en la importancia de realizar correctamente el screening y más aún, si prevenimos el contacto con el HPV utilizando preservativo y además participamos en los programas de vacunación.

Así que por favor, no desaproveches la oportunidad de prevenir este tipo de cáncer, si no te cuidas tú, quién te va a cuidar. No esperes a mañana, revisa cuando te has hecho la última citología y si hace más de 3 años, pide una cita hoy mismo. 

Espero que este artículo te haya sido útil y te resuelva todas las dudas que pudieras tener, pero ya sabes que si tienes alguna otra, puedes contactar con nosotras a través de este enlace.

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