Cómo evitar el cáncer de cuello uterino. Protégete frente al HPV

Cómo evitar el cáncer de cuello uterino. Protégete frente al HPV

 

En pocos cánceres tenemos la suerte de conocer un agente causal necesario para su aparición y además,  disponer de una vacuna contra él. 

Como ya te imaginarás hablo del VPH y el cáncer de cuello uterino.

Desde que en 1997 se describe por primera vez la relación del cáncer de cérvix uterino con el virus del papiloma humano (VPH), múltiples estudios han confirmado la necesidad de una infección por el virus, para el desarrollo de este tumor y de las lesiones previas al mismo.

El conocimiento de esta relación causal nos ha permitido avanzar aún más y crear una vacuna efectiva frente a la infección por VPH, considerada actualmente la intervención más eficaz para prevenir el cáncer de cérvix.

En el  año 2006, se comercializó la primera vacuna y hoy disponemos de 3 vacunas autorizadas frente a los tipos de HPV que son los responsables de más del 70 % de las lesiones malignas del cuello uterino.

Pero, aunque es un tema del que todo el mundo habla, en muchos casos la información es poco rigurosa así que, seguro que muchas de vosotras tenéis muchas dudas al respecto.

Si es así, sigue leyendo, voy a aclarar todo lo relativo al virus del papiloma humano y de su infección.

CONTENIDO:

¿Qué es el virus del papiloma humano o VPH?
¿Y qué pasa cuando nos infectamos por VPH?
¿Se pueden prevenir la infección por VPH y el cáncer de cuello uterino?
¿Tiene tratamiento la infección por el virus del papiloma humano?
¿Por qué tengo que suspender los anticonceptivos,  si lo que tengo es una infección en el cuello?
¿Tengo que dejar de fumar si me han diagnosticado una VPH?

¿Qué es el virus del papiloma humano o VPH?


Creo que todo el mundo sabe que el VPH es el virus del papiloma humano y que se relaciona con el cáncer de cuello.

Pero, hablar de VPH no es sinónimo de cáncer, de hecho, lo más infrecuente, es que la infección por el virus del papiloma humano acabe desarrollando un cáncer de cérvix.

Pero antes de hablar de su infección, te explico un poco qué es el VPH. El virus del papiloma humano es un virus capaz de afectar las células del epitelio cutáneo y mucoso, multiplicándose junto a ellas.

Aunque se conocen más de 150 tipos diferentes, sólo 40 pueden infectar las mucosas genital y anal, tanto de hombres como de mujeres y se transmiten por contacto sexual.

Dependiendo de la capacidad de desarrollar lesiones precursoras (premalignas) y cáncer, se clasifican como VPH de alto riesgo y bajo riesgo.

  • VPH  de alto riesgo: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59 y 66. De los cuales el 16 y el 18 son responsables del 70% de casos de cáncer de cuello uterino.
  • VPH de bajo riesgo: 6 y 11, responsables del 90% de casos de verrugas genitales y condilomas acuminados.

¿Y qué pasa cuando nos infectamos por VPH?


La infección por el VPH, es la infección de transmisión sexual más frecuente.

Se transmite por el contacto con piel y mucosas con una persona infectada, fundamentalmente con la penetración, ya sea vaginal o anal, y menos frecuentemente por el contacto con la piel de los genitales o mediante el sexo oral.

Durante los primeros años de relaciones sexuales se produce el mayor número de infecciones por este virus de forma que, hasta el 75% de mujeres sexualmente activas tienen o han tenido, una infección por virus del papiloma humano a lo largo de su vida.

Sin embargo, gracias a la respuesta inmunitaria o defensas del organismo, el 90% de estas infecciones se resuelven espontáneamente, en los 2 años siguientes, sin producir ningún tipo de sintomatología.

El problema es que, en un 10% aproximadamente de casos, el virus puede permanecer en el organismo de forma latente y lo que es peor, indetectable y reactivarse años después. Es decir, serían portadoras y podrían transmitir el virus a través de las relaciones sexuales.

Actualmente se han identificado una serie de factores de riesgo para que permanezca la infección:

  • El tipo de virus (el 16 es el más agresivo).
  • La cantidad de virus o carga viral. Cuanto mayor sea la carga viral o cantidad de virus en el organismo, mayor es el riesgo de que permanezca.
  • El estado inmunológico o defensas de cada individuo, mujeres con VIH por ejemplo, tienen más riesgo de presentar una infección persistente.
  • El tabaco aumenta el riesgo de que no desaparezca la infección.
  • El empleo de anticonceptivos hormonales, también aumenta el riesgo.
  • La presencia de otras infecciones de transmisión sexual, es otro de los factores que influyen en la permanencia del virus.

Pero de todas formas, como ya hemos dicho, tener el virus no quiere decir que vayas a desarrollar un cáncer cervical, sino que de este 10% de portadoras, tan sólo el 1% desarrollará lesiones asociadas al VPH, que si se dejan evolucionar, con el tiempo podrían desarrollar un cáncer de cuello uterino.

¿Se pueden prevenir la infección por VPH y el cáncer de cuello uterino?


La respuesta es sí, pero depende de ti, como verás hasta la aparición del cáncer de cuello uterino, tenemos la posibilidad de intervenir en múltiples factores, ya sea con la prevención del contagio del virus del papiloma humano (HPV), con la detección precoz de las lesiones premalignas  o incluso, una vez que aparezcan, con su tratamiento.

Pero para eso, debes concienciarte de la importancia de prevenir la infección por VPH y de participar regularmente en el cribado o screening de cáncer de cuello mediante citología cérvico-vaginal cada 3 años.

Y ¿Cómo se puede prevenir la infección por el virus del papiloma humano? Pues con 2 cosas muy sencillas: usando preservativo y con la vacunación frente al VPH.

 

Preservativo. Es muy importante que lo utilices, ya que consigue disminuir de manera muy significativa, las posibilidades de infección por el virus del papiloma humano.

Aunque tienes que saber que el condón no previene totalmente su transmisión, ya que el contacto con la piel de los genitales durante las relaciones sexuales, puede ser una vía de contagio.

 

 

Las vacunas frente al virus del papiloma humano (HPV) comienzan a aparecer en los años 90, pero no se comercializan hasta el año 2006.

Actualmente tenemos 3 vacunas diferentes autorizadas, que protegen frente a los virus responsables de la mayor parte de las lesiones malignas y premalignas del cuello del útero.

 

  • Cervarix. Es una vacuna bivalente, eficaz frente a los genotipos 16 y 18. La forma de administración  recomendada es de 2 dosis en mujeres entre 9-14 años, siendo la 2º dosis a los 6 meses de la primera (0 y 6 meses) y 3 dosis en mayores de 15 años con la pauta  0, 1, 6 meses.
  • Gardasil. Vacuna tetravalente, que además de ser eficaz frente a los genotipos 16 y 18, lo es frente a los tipos 6 y 11. Se recomienda administrar 2 dosis a mujeres entre 9-13 años, con 6 meses entre la 1ª y 2ª dosis (0 y 6 meses) y 3 dosis a las mayores de 14 años (0, 2, 6 meses)
  • Gardasil 9. La última en desarrollar, es nonavalente y ejerce la mayor cobertura frente a los virus responsables del cáncer de cuello, ya que es eficaz frente a los tipos 16, 18, 6, 11, 31, 33, 45, 52 y 58. La pauta de administración al igual que en las vacunas anteriores,  diferencia 2 grupos de edad, de forma que, entre 9-14 años se recomiendan 2 dosis separadas por 6 meses (0, 6 meses) y en mayores de 15 años 3 dosis (0, 2, 6 meses)

Todas estas vacunas se obtienen mediante técnicas de recombinación genética y están formadas por particulas similares al virus, no infecciosas y con muy buen perfil de seguridad y escasos efectos adversos.

Ninguna de estas vacunas está indicada en niñas menores de 9 años ni en embarazadas, por falta de estudios sobre su seguridad. Pero si se administra por desconocimiento a una gestante, no se ha demostrado ningún efecto adverso para la mujer o su hijo.

Otra pregunta que a veces nos planteáis, es en el caso de quedarse embarazada sin haber completado las dosis recomendadas, tranquila, no pasa nada, se puede esperar a completar todas las dosis tras el parto.

 En el 2007 el Sistema Nacional de Salud aprobó la vacunación sistemática contra el VPH  a niñas entre 11 y 14 años, con el compromiso de que a partir del 2016, en todas las comunidades autónomas se realizara  esta vacunación a los 12 años.

Aunque inicialmente sólo se recomendaba a mujeres jóvenes, los últimos estudios han demostrado la eficacia de estas vacunas en mujeres de mayor edad y con antecedentes de una infección o lesión por VPH.

Una cosa que debe quedarte clara es que ninguna de estas vacunas previene frente a todos los virus con capacidad oncogénica, es decir, los que pueden desarrollar cáncer de cérvix, por lo que aunque te hayas vacunado, debes continuar realizándote el cribado recomendado para el cáncer de cuello uterino.

¿Tiene tratamiento la infección por el virus del papiloma humano?


No existe ningún tratamiento específico para la infección por VPH, pero en principio, como ya hemos visto, el propio organismo es capaz de eliminar por sí solo al virus, sin dejar secuelas ni producir síntomas de ningún tipo.

Sólo en un pequeño porcentaje de mujeres se queda latente en el cuello y de esas mujeres en las que queda el virus, tan sólo el 1% desarrollará, generalmente primero lesiones precursoras y, sólo si se dejan evolucionar, es cuando podría aparecer el cáncer de cérvix.

Para lo que sí hay tratamiento, es para las lesiones precursoras del cáncer de cérvix o neoplasia intraepitelial (CIN), ya sea mediante la eliminación de la misma o mediante una conización cervical.

  • La eliminación se puede realizar con láser o con crioterapia (congelación del tejido), ambas técnicas destruyen el tejido afectado y se realizan generalmente, de forma ambulatoria en consulta.
  • La conización cervical sin embargo, se realiza con anestesia, habitualmente regional y en quirófano; consiste en cortar la zona de cuello afectada, con una incisión  en forma de cono, de ahí su nombre, lo que nos permite poder analizar en profundidad la lesión.  En general preferimos esta técnica, ya que es a la vez diagnóstica y terapéutica. Además de eliminar la lesión, nos permite enviar la pieza para que la analice el patólogo y descarte la presencia de otras lesiones.

¿Por qué tengo que suspender los anticonceptivos,  si lo que tengo es una infección en el cuello?


El riesgo de cáncer de cérvix está aumentado con el tiempo de uso de anticonceptivos y disminuye al suspender estos.  Esto se puede explicar por 2 motivos fundamentalmente:

  • El uso de anticonceptivos hormonales está asociado con un mayor número de úlceras cervicales, con lo que favorecen la infección por el VPH.
  • Por otro lado, las hormonas presentes en los anticonceptivos hormonales estimulan la multiplicación celular y estimulan la transcripción del virus.

Los anticonceptivos hormonales pueden por tanto, favorecer la infección por VPH y además facilitar la transformación maligna de células cervicales, por tanto, si te han diagnosticado una infección por VPH, deberías plantearte suspender la píldora si la tomas.

¿Tengo que dejar de fumar si me han diagnosticado una VPH?


Sí, deberías dejar de fumar por miles de motivos que ya conoces, pero en cuanto al tema que nos ocupa, porque el tabaco está claramente asociado con un aumento de riesgo para desarrollar cáncer de cérvix,  aumentando el riesgo, cuanto mayor número de cigarrillos fumes al día y cuanto más joven empieces a fumar.

Espero que este artículo te haya sido útil y te resuelva todas las dudas que pudieras tener, pero ya sabes que si tienes alguna otra, puedes contactar con nosotras a través de este enlace. Accede a consulta

 

 

One Response to Cómo evitar el cáncer de cuello uterino. Protégete frente al HPV

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