Desde luego, la menopausia es una etapa más de nuestra vida y se trata de algo fisiológico, es decir un proceso normal.
Sin embargo, esta alteración en el equilibrio hormonal va a producir una serie de cambios físicos y psíquicos, que en muchas ocasiones se asocia con síntomas, que pueden ser tan importantes, que incluso alteren nuestra calidad de vida.
Sigue leyendo porque vamos a repasarlos uno a uno, para que los puedas reconocer, prevenir y solicitar ayuda profesional si es preciso.
Empezarás con cambios en el ciclo menstrual.
El síntoma más evidente de la menopausia es la desaparición de las reglas, pero esto no se produce de repente, sino que previamente comenzamos con cambios en el patrón menstrual.
Algunas veces sólo se retrasan las reglas y nada más, pero con bastante frecuencia puedes comenzar con sangrados irregulares.
Si son pequeños sangrados, aislados y que ceden espontáneamente, en principio no te debes preocupar, es normal; pero si son abundantes, duran mucho o son muy frecuentes, deberías consultar a tu ginecólogo.
Estos cambios pueden durar varios años y normalmente tendrás cada vez los ciclos más largos, (más tiempo entre las reglas), e incluso te faltará la menstruación durante varios meses, pero no te confíes, hasta que no estés un año sin regla no estarás segura de su desaparición total, es decir de que tienes la menopausia.
Los temidos sofocos
Sin duda es el síntoma más típico y probablemente molesto en el que todas pensamos cuando hablamos de menopausia. Y como una imagen vale más que mil palabras, ahí te la dejo:
Se trata de una sensación de calor repentino que puede durar desde unos segundos a varios minutos, empieza fundamentalmente en cuello y se extiende a la cara y pecho.
La frecuencia y el momento de aparición de los mismos es también muy variable, por lo que si son muy frecuentes pueden alterar tu actividad diaria o si son por la noche el descanso nocturno.
A veces notarás que se asocian con un cuadro de sudoración posterior y de palpitaciones, (ya sabes, esa sensación como de que el corazón te va más rápido).
Atrofia urogenital.
Es un nombre bastante feo, pero refleja muy bien lo desagradable que es padecerlo.
Como ya sabes, durante la menopausia se produce una disminución en la cantidad de estrógenos (las hormonas que produce el ovario). Esto va a provocar en el aparato genital un adelgazamiento de la mucosa vaginal, con pérdida de colágeno y disminución de la cantidad de flujo.
Cuanto más tiempo pase desde que comenzaste con la menopausia, más molesto es este síntoma porque la vagina es más frágil, delgada y con menor lubricación que previamente, provocando síntomas como sequedad y picor vaginal e incluso dolor o sangrado con las relaciones sexuales.
Al igual que la vagina, las vías urinarias también se modifican por la acción de los estrógenos y sufren los mismos cambios, lo que provoca que hace que tengas infecciones urinarias frecuentes, escozor al orinar o incontinencia urinaria (escapes de orina).
Alteración en las relaciones sexuales.
A pesar de que a partir de este momento ya no te tienes que preocupar por el embarazo, debido a los cambios hormonales, esta etapa se caracteriza por una disminución de la libido o deseo sexual.
Esto, unido a la atrofia vaginal que ya hemos visto, hace que en esta etapa sea frecuente la disminución de la actividad sexual e incluso, en algunas situaciones, el abandono de las mismas.
Cansancio e insomnio.
Seguro que lo has oído o lo que es peor, lo has padecido, pero es que casi el 40% de las mujeres postmenopáusicas van a presentar estos síntomas.
En muchos casos estos están producidos por la falta de descanso nocturno, porque tengas muchos sofocos por la noche.
Pero está presente incluso en mujeres que no los tienen y parece que es producido por una acción directa de las hormonas en el cerebro.
Cambios en estado de ánimo.
Claramente es otro de los síntomas frecuentes en esta época, empezamos a notar cambios en la imagen corporal que se asocia a pérdida de la autoestima, los hijos se hacen independientes (o lo que es peor, no se independizan nunca) y en ocasiones además empiezan a aparecer enfermedades propias de la madurez.
Pero es que encima, el desequilibrio hormonal de esta época ayuda poco a esta situación, ya que el cerebro es uno de los órganos que más receptores para estrógenos tiene.
Como ves, estos cambios tienen una explicación médica, así que, no permitas que te digan que estás loca, a todas nos va a llegar este momento, ¿Cómo no vamos a tener cambios en el estado de ánimo?
Atrofia de piel y mucosas.
El colágeno es uno de los componentes más importantes de la piel. Con la edad se produce una disminución en la síntesis del mismo.
Pero además, los estrógenos tienen un papel importante en el envejecimiento de la piel ya que estimulan la síntesis de colágeno y de ácido hialurónico (mantiene el contenido de agua en la piel).
Así que, durante la menopausia, se suman los efectos propios del envejecimiento natural de la piel y de la falta de estrógenos.
Supongo que después de leer ésto estarás pensando que es imposible que puedas disfrutar de una etapa en la que vas a estar irritable, te vas a arrugar, sofocar y además no podrás disfrutar de las relaciones sexuales como antes.
¡Para nada! Es una etapa estupenda, sólo que hay que conocer los cambios que vamos a tener y cuidarse un poco más que antes. Te recomiendo leer este otro artículo, porque te voy a dar las claves para que sigas disfrutando plenamente de la vida, como mínimo como lo hacías hasta ahora.
Espero que este artículo te haya sido útil y te resuelva todas las dudas que pudieras tener, pero ya sabes que si tienes alguna otra puedes contactar con nosotras a través de este enlace. (enlace a consulta)
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