El virus del citomegalovirus (CMV) puede persistir en sangre, siendo posible la infección de tu hijo hasta 12 semanas antes de la concepción (9-10 semanas antes de la fecha de última regla), aunque el riesgo de transmisión es baja (5-6%).
Por este motivo, se recomienda esperar 6 meses desde que tengas una infección por CMV hasta intentar un nuevo embarazo.
Hacer un seguimiento con serologías antes del embarazo no es una buena herramienta porque el descenso de los anticuerpos es muy variable (2-3 meses o > 1 año).
Si no deseas esperar o si te quedas embarazada inadvertidamente, deberías de seguir un control en los primeros 3 meses de tu embarazo.