¿Qué dieta es recomendable si tengo cáncer de mama?

¿Qué dieta es recomendable si tengo cáncer de mama?

Te acaban de diagnosticar un cáncer de mama y te surgen muchas preguntas (enlace al artículo qué pasa cuando me diagnostican un cáncer de mama), al principio serán sobre  las pruebas y el tratamiento que tendrás que hacer y el pronóstico de tu enfermedad, pero posteriormente te preocuparán otras cosas como los factores de riesgo y qué puedes hacer para que todo vaya mejor o prevenir las recaídas.

El 95% de los cánceres están relacionados con factores de riesgo ambientales y se piensa que la dieta es en parte responsable de alrededor del 30-40% de todos los cánceres. Aunque hace falta más estudios de investigación, los hallazgos sugieren que la actividad física, una dieta saludable (baja en grasas, alta en verduras y fibra), así como evitar el consumo de alcohol y tabaco reducen de forma importante el riesgo de desarrollar cáncer.

Aprender a comer de forma sana y equilibrada significa que ganarás salud. Una buena manera de llevar una alimentación saludable es comer de forma variada combinando todo tipo de alimentación y esto si que está en nuestras manos.

La mayoría de los dietistas están de acuerdo en que una dieta rica en alimentos vegetales puede ser más saludable que una dieta que contenga muchos productos de origen animal.

En este artículo trataré de resolverte las dudas sobre:

1. ¿Pueden los alimentos reducir tu riesgo de cáncer de mama?

2. Recomendaciones  generales: dieta mediterránea

3. Recomendaciones nutricionales antes, durante y después del tratamiento

Dejo pendiente para otro artículo las recomendaciones para los distintos síntomas que puedes presentar durante el tratamiento.

1. ¿Pueden los alimentos reducir tu riesgo de cáncer de mama?


Ningún alimento o dieta puede evitar que tengas cáncer de mama, pero sí puede disminuir el riesgo de padecerlo y el de las recidivas.

Sí, podemos decir que estudios recientes han demostrado que seguir una dieta saludable podría reducir hasta en un 30 % el riesgo de desarrollar cáncer de mama, reduciendo también el riesgo de otros tipos de cáncer. Además, una vez desarrollada la enfermedad, seguir este patrón alimentario puede ayudar a prevenir las recaídas y a tolerar mejor los tratamientos y la calidad de vida.

Además, la dieta puede ayudarte a controlar mejor los efectos secundarios del tratamiento del cáncer. Incluso determinados alimentos pueden ayudar a que el tratamiento sea más efectivo. Y al contrario hay alimentos que pueden interferir con el tratamiento y la recuperación.

Otro aspecto importante que debes tener en cuenta es mantener un peso saludable. Hay estudios que han demostrado que las mujeres que aumentaron de peso después de su diagnóstico de cáncer de mama tenían un mayor riesgo de recurrencia y las mujeres con sobrepeso tienen un mayor riesgo de cáncer de mama después de la menopausia en comparación con las mujeres que tienen un peso saludable.

2. Recomendaciones generales: dieta mediterránea


Los nutrientes se dividen en: macronutrinentes que engloba los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas, y micronutrientes que son las vitaminas y minerales.

Los alimentos se pueden clasificar según su nutriente principal, pero debes saber que todos los alimentos proporcionan diferentes tipos de nutrientes.

Estudios recientes han demostrado el efecto protector de la dieta mediterránea (enlace a https://dietamediterranea.com)  frente a todos los tipos de cáncer de mama. Dicho patrón mediterráneo consiste en una dieta basada en pescado,verduras y hortalizas, frutas, legumbres, patatas cocidas, aceitunas y aceite de oliva virgen extra.

Realiza al menos 5 comidas al día distribuidas en desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. Acuérdate de no dejar pasar más de 2-3 horas entre una comida y otra.

Debes también mantener una adecuada hidratación consumiendo fundamentalmente agua (4-8 vasos al día), infusiones o caldos con bajo contenido en sal.

Por ello, organiza tus comidas en base a esta composición,  ya que te aportará importantes beneficios para tu salud.

Otro punto importante es la manera de preparar los alimentos. Utiliza técnicas sencillas como el vapor, hervir, la pancha o el horno. Es conveniente evitar la exposición de las carnes al fuego directo o a muy altas temperaturas. La opción más saludable sería cocinarla en forma de guisos o a la plancha a fuego medio, para evitar que se nos pueda quemar.

También recuerda que:

– Las proteínas se encuentran en la carne sin grasa, pollo, pescados, huevos, productos lácteos, legumbres, proteínas.

– Los carbohidratos se encuentran en los cereales, patatas, granos enteros, pastas, frutas y verduras.

– Las vitaminas se encuentran en frutas, verduras, productos lácteos y granos enteros.

– Las grasas se encuentran en aceites vegetales como el aceite de oliva, de girasol, etc.

– Los minerales se encuentran en productos lácteos, vegetales de hoja verde, carne sin grasa, pollo y frutos secos.

Además, debes complementar estos consejos nutricionales con ejercicio físico diario. Próximamente dedicaré otro artículos a los ejercicios en la mujer con cáncer de mama.

 

¿Cómo tienes que calcular las raciones de las comidas? Una forma y sencilla de calcular las raciones es el método de la mano:

– 1 ración de carne o de pescado es un trozo del tamaño y grosor de la palma de tu mano.

– 1 ración de ensalada son dos puños cerrados.

– 1 ración de arroz hervido, pasta cocida o patatas es un puño cerrado o, si es arroz o pasta cruda, solo tienes que flexionar la mano formando un cuenco y lo que quepa, que es aproximadamente la mitad del puño cerrado.

– 1 ración de fruta es un puño cerrado.

– 1 ración de cereales es un puño cerrado.

– 1 ración de pan es una rebanada fina del tamaño de tu mano estirada.

– 1 ración de lácteos  como leche o yogur, es un puño cerrado.

– 1 ración de lácteos grasos como el de queso es tu dedo índice o el pulgar y un poco más.

– 1 ración de lácteos muy grasos como la mantequilla es la punta del pulgar.

Además, los 5 dedos te recordarán que conviene distribuir la ingesta diaria en 5 comidas, así como el número de raciones de frutas, verduras y hortalizas que hay que tomar cada día.

¿Qué tenemos que incluir en cada comida? Muy sencillo: hidratos de carbono, proteínas y grasas, además de minerales y vitaminas.

Desayuno

Debemos incluir un alimento de cada grupo de macronutrientes:

– Hidratos de carbono: pan o cereales integrales

-Proteínas: jamón cocido/lacón/serrano/pechuga de pollo/pavo o leche o yogur (desnatados o semidesnatados)

-Grasas: aceite de oliva virgen extra o frutos secos

Se puede complementar con una pieza de fruta o zumo de fruta natural, y añadir café o infusiones. Evita el azúcar blanco.

Si quieres endulzar utiliza edulcorantes naturales como la estevia y como 2ª opción puedes utilizar la miel (aporta además vitamina C). El consumo de edulcorantes artificiales debe ser moderado (aspartamo, sucrulosa, sacarina, etc.)

Media mañana y merienda

No debemos olvidarnos de estas pequeñas comidas, porque como te he dicho antes no debe de pasar más de 2-3 horas desde la comida anterior.

¿Qué alternativas tienes para estas comidas?

Yogur con frutos secos (nueces, almendras, avellanas, etc.), pieza de fruta o zumo de fruta natural y pequeño bocadillo de pan integral con queso o para los más tradicionales un café con leche o infusión y tostada de pan integral con aceite.

Comida

Debemos incluir, como en el desayuno y también en la cena, los hidratos de carbono, proteínas y grasas.

-Hidratos de carbono: arroz o pasta idealmente integral, patatas, verduras y hortalizas o legumbres.

-Proteínas: pescado, carne o huevos

-Grasas: Utiliza el aceite de oliva virgen extra.

Cena

-Hidratos de carbono: arroz, verduras, patatas y hortalizas.

-Proteínas: pescado, carne o huevos

-Grasas: Utiliza el aceite de oliva virgen extra

Debes intentar cenar al menos 2 horas antes de irte a dormir.

Recuerda cómo disminuir los factores de riesgo del cáncer de mama

– Mantén tu peso en un rango saludable según tu estatura.

– No existe dieta ni alimento que pueda curar el cáncer, pero un patrón de dieta mediterránea podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Come muchas frutas y verduras (al menos 5 raciones al día). Te recomiendo lavar bien las verduras, hortalizas y frutas antes de consumirlas. Limita el consumo de grasas saturadas y come alimentos ricos en ácidos omega-3. Evita las grasas trans, las carnes procesadas y los alimentos carbonizados o ahumados.

– No fumes ni bebas alcohol.

– Si estás recibiendo tratamiento hormonal (por ejemplo tamoxifeno) o quimioterapia de tipo taxanos debes eliminar el consumo de soja.

– Ten cuidado con el consumo de pomelo porque puede interactuar con algunos fármacos utilizados en el tratamiento del cáncer de mama (docetaxel, tamoxifeno, exemestano y letrozol), aumentando la concentración de estos fármacos en la sangre y provocando efectos no deseados.

– Algunas hierbas medicinales e infusiones pueden interferir con los tratamientos que se están recibiendo para tratar el cáncer, sobre todo si existe afectación hepática por la enfermedad. En estos casos debes consultárselo al oncólogo.

3. Recomendaciones nutricionales antes, durante y después del tratamiento


Cuando te diagnostican un cáncer de mama,  la ansiedad, la tristeza, la rabia, la angustia, preocupación, desesperación,  etc. previa a los tratamientos, luego la quimioterapia, radioterapia, tratamientos antitumorales o la cirugía, que comienzas a recibir unido a la sensación de cansancio o fatiga continua debido a los tratamientos o a la propia enfermedad, pueden repercutir en una malnutrición, por exceso o por defecto.

Una nutrición deficiente contribuye a aumentar la incidencia y gravedad de los efectos adversos del tratamiento y también el riesgo de infecciones.

Sabemos que es un momento duro, difícil y triste para ti, pero también para los que te quieren y están a tu lado. Aprovecha cuando tengas ganas de las comidas en compañía y come tus comidas preferidas, implica a tu familia y amigos para llevar unos hábitos saludables, pues la nutrición es clave para tu salud y recuerda que si tienes dudas siempre puedes preguntar a tu médico y que también puedes contar con nosotras.

Antes del tratamiento:  si realizas una alimentación adecuada previa a iniciar los tratamientos, lograrás tener las reservas nutricionales necesarias para mantener la energía y reducir los efectos secundarios.

Durante el tratamiento: Ya sabes que el patrón de dieta que se recomienda es la dieta mediterránea, 5-6 comidas diarias, porciones pequeñas, pero con alto contenido nutricional enriqueciendo los platos con proteínas y/o grasas saludables, utiliza técnicas sencillas como el vapor o el horno (evita los fritos y  la pancha), aumenta el consumo de pescados y aves y reduce el consumo de carnes rojas, consume 5 raciones entre fruta, verduras y hortalizas, bebe al menos 2 litros de líquido al día, realiza las comidas en un ambiente tranquilo y agradable.

Los pescados y mariscos son una fuente de proteínas de elevada calidad, vitamina D y yodo, son ricos en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (nuestro organismo no los puede producir), sobre todo, los pescados azules (sardina, boquerón, atún, arenque, caballa, salmón, anguila, etc).

La función de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 es reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y reducen los niveles de triglicéridos y son precursores de sustancias que ejercen una acción preventiva de la enfermedad cardiovascular.

Algunos estudios científicos refieren que los ácidos omegas 3 podrían disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de mama, probablemente relacionado con los efectos antiinflamatorios de los ácidos grasos omega 3. Se recomienda 3-4 raciones a la semana. 

Evita fumar o beber alcohol durante y después del tratamiento.

Si puedes, realiza alguna actividad física y en su defecto puedes utilizar técnicas de relajación o meditación que te ayuden a controlar tus emociones.

Después del tratamiento: Continúa con una dieta mediterránea e incorpórala a tu estilo de vida saludable, acompañándole de una actividad física que te satisfaga.

El ejercicio te puede ayudar a reducir tu nivel de estrés, de cansancio, los problemas de sueño y otros síntomas. Este ejercicio puede consistir en caminar, hacer Taichi, yoga o paseos en bicicleta y aunque sea sólo unos minutos, eso es mejor que no hacer nada.

Y no te olvides que en este momento también es muy importante el apoyo social de tus familiares y amigos.

Espero que este artículo te haya sido útil y te resuelva las dudas que pudieras tener, pero ya sabes que si tienes alguna otra puedes contactar con nosotras a través de este enlace (consultas).

Dra. Rosario del Moral García

 

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