Me encantaría poder decirte unos cuantos síntomas que te puedan hacer sospechar que tienes un cáncer de ovario. Pero desgraciadamente, la mayor parte de las mujeres que tienen un tumor maligno de ovario, no lo van a poder identificar fácilmente. 

La mayoría de los cánceres de ovario no dan síntomas hasta que están muy avanzados, con lo que el diagnóstico es muy tardío.

Esto es debido a que los ovarios, se encuentran en la cavidad abdominal, y tienen sitio para crecer libremente sin comprimir ningún otro órgano hasta que no alcanzan un tamaño importante.

Actualmente no se ha demostrado que haya ningún programa o estrategia de screening, eficaz para prevenir o hacer un diagnóstico precoz del cáncer de ovario.

Debido a esto, este tipo de tumores se suelen diagnosticar en estadíos avanzados y tienen una elevada mortalidad.

Seguro que estarás pensando que tiene que haber alguna forma de reconocer precozmente esta enfermedad.  Bueno, pues te diré que en general, los síntomas que produce suelen ser muy inespecíficos y habitualmente los mismos que muchas enfermedades benignas, lo que dificulta reconocer esta enfermedad.

Pero aunque lo anterior es cierto, sigue leyendo porque te voy a explicar cuándo podrías pensar que tienes un tumor de ovario y deberías acudir al ginecólogo.  

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes del cáncer de ovario?

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Vamos a repasar cuáles son los síntomas más frecuentes de los tumores de ovario, pero quiero insistir que, la mayoría de las veces, esos síntomas los va a producir una enfermedad benigna y no debes alarmarte, son comunes a muchas enfermedades.

Lo más importante, más que el síntoma en sí, es la evolución, intensidad y sobre todo, que dure en el tiempo. Porque un dolor o una tripa un poco hinchada, lo puede producir simplemente el hecho de que comas rápido y tengas gases, o que estés a punto de tener la regla, que también te va a provocar esta sintomatología.

Para que te haga sospechar que pudieras tener un tumor de ovario, debe ser algo progresivo, que en vez de mejorar aumenta y sobre todo que se mantiene un tiempo.

Así que no te vuelvas loca de repente, el cáncer de ovario es infrecuente y aunque no debes bajar la guardia, no te angusties con cada molestia o cambio en tu cuerpo, seguro que lo que te pasa no es un cáncer de ovario.

Pero si te has notado alguno de los síntomas siguientes y persisten durante un tiempo, consulta a tu ginecólogo.

• Aumento del perímetro abdominal o hinchazón.
• Dolor abdominal o en la zona de la pelvis. A veces el dolor puede localizarse en la espalda y no suele modificarse con los movimientos.
• Falta de apetito o sensación de plenitud, a veces asociado a nauseas o vómitos.
• Cambios en el ritmo intestinal, como diarrea o estreñimiento.
• Sangrados irregulares fuera de la menstruación. 

 ¿Cómo se diagnostica un cáncer de ovario?

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La prueba más sencilla y que más información nos va a ofrecer, es la ecografía. Hoy en día, pocas son las consultas de ginecología donde no hay un ecógrafo. La ecografía vaginal, forma parte de cualquier exploración ginecológica básica.

Con la ecografía podemos ver las características de los ovarios y hay múltiples signos que nos pueden hacer sospechar que pueda existir una tumoración maligna, o cuando menos, sospechosa.

Ante una tumoración sospechosa, lo más frecuente es solicitar una analítica con una determinación de marcadores tumorales. Aunque la alteración de alguno de éstos no es diagnóstica, y menos en mujeres jóvenes, sí que nos ayudan a orientar el diagnóstico.

Recientemente se han introducido marcadores tumorales como el HE4, que son bastante más específicos de tumores malignos de ovario que los que se solicitan habitualmente, como son el Ca 125, CEA, Ca19.9.

Muchas veces es útil realizar otras pruebas de imagen, como puede ser un TAC o escáner (que además nos informa de si hay enfermedad a distancia) o una RM, que nos da información sobre la naturaleza de esa tumoración.

Pero aunque te parezca mentira, con frecuencia, a pesar de todas las pruebas que tenemos a nuestro alcance, no podemos diferenciar si la tumoración es benigna o maligna. En estos casos, solemos hacer una laparoscopia para poder observar directamente la tumoración.

La laparoscopia es una técnica que se realiza en quirófano, con anestesia general. Se introduce una cámara a través de una incisión, habitualmente en el ombligo y una o 2 pinzas a través de pequeñas incisiones en la pared abdominal.

En función de lo que veamos, decidiremos qué es lo mejor en tu caso concreto: quitar el ovario y analizarlo, quitar el quiste y preservar el ovario, o incluso hacer una biopsia de alguna zona sospechosa y no tocar la tumoración hasta tener un diagnóstico definitivo.

 ¿Cuál es el tratamiento del cáncer de ovario?

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Aunque hablaremos en otro artículo de forma más detallada, en general el tratamiento es la cirugía y habitualmente seguido de quimioterapia.

Algo muy importante respecto al tratamiento es que si tienes un cáncer de ovario, tenemos que intentar, que el día de la cirugía, se consiga extirpar toda la tumoración o lesión sospechosa fuera del ovario y si no es así, podemos decidir comenzar con quimioterapia para reducir el tumor y después operarte.

Te cuento esto porque a veces es necesario hacer pruebas de imagen, para confirmar que va a ser así, e incluso una laparoscopia para ver si hay enfermedad fuera del ovario.

También debes saber, que a veces hay que extirpar órganos como bazo, intestino o parte de ellos si estuvieran afectados, porque lo más importante como ya te he dicho, es que no quede ninguna célula tumoral.

No voy a extenderme más en este artículo, porque creo que es más interesante, dedicarle uno entero a cada uno de los apartados anteriores, en este quería hablar un poco en general de esta enfermedad que nos preocupa mucho a todas.

No sé si con este artículo te he resuelto todas las dudas, espero que sí, pero si tienes alguna duda de tu caso en concreto, no dudes en contactar con nosotras (Enlace a consulta)