La sexualidad forma parte de nuestras vidas. Hay numerosos estudios que muestran la alta correlación entre satisfacción sexual y calidad de vida. En ocasiones algo que nos genera bienestar físico y emocional se puede convertir en algo que nos preocupe y que suponga una carga para nosotras. No hay que olvidar la presión que la sociedad ejerce para que tengamos que ser sexualmente activas a la par que que tengamos un físico estupendo y poder con todo lo que el día a día nos exige.
Es probable que a lo largo de tu vida haya habido momentos en los que no tienes interés por mantener relaciones sexuales, incluso que ahora mismo estés en uno de ellos.
En primer lugar es importante que sepas que es natural que a lo largo de la vida las mujeres experimentemos cambios en nuestro deseo sexual.
Hay muchos factores que pueden influir. Tradicionalmente se ha dado mucho peso a los factores hormonales (bajos niveles de testosterona en sangre) junto a otros factores orgánicos (tomar fármacos, tener una infección vaginal, enfermedad crónica, …). También existe la idea generalizada de que la menopausia es una etapa en la que la mujer puede con más frecuencia tener un bajo deseo sexual.
Si bien todo esto es cierto, me gustaría hablaros de otra serie de factores que inciden directamente en que las mujeres tengamos una baja motivación en relación al sexo: cansancio, el estrés, los cambios en el estado de ánimo, la mala imagen de tu propio cuerpo, tener dificultades en la relación de pareja, la falta de tiempo para la intimidad con tu pareja y la rutina sexual son factores que determinan en gran medida tu interés por el sexo.
Me gustaría incidir en un aspecto que me encuentro en mi trabajo en numerosas ocasiones con mujeres que refieren bajo deseo sexual. Cuando profundizo en su bienestar emocional detecto que gran parte de ellas no se sienten satisfechas en otros aspectos de su vida, con síntomas depresivos, ansiosos y de baja autoestima.
Un bloqueo emocional afecta directamente a la vivencia de nuestra sexualidad. El sexo es un ámbito más de la vida de las personas, por lo que sentirte bien contigo misma incidirá directamente en tu deseo sexual.
La falta de deseo sexual representa un problema para quien lo vive con malestar y angustia. Si aceptamos el deseo como algo que fluctúa a lo largo de la vida y que depende de muchos factores que lo sostienen es más probable que podamos entender lo que nos ocurre y así buscar un camino para sentirnos mejor con nosotras mismas.
¿Qué puedo hacer?
Te voy a dar una serie de claves….
El sexo es mucho más que el coito: es posible que lo que te esté bloqueando sea el identificar el sexo con coito. Seguro que no has perdido la necesidad de ser abrazada o querida sino la falta de interés por un sexo genitalizado que encuentra su fin en el coito.
Piensa en sexo de forma positiva: Si piensas en sexo como un problema no tendrás ganas de practicarlo.
Habla con alguien sobre tu preocupación. Está demostrado que hablar de sexo disminuye la ansiedad frente a las relaciones sexuales. Si tienes pareja es conveniente que le expreses tu falta de deseo. El hablar sobre cómo te sientes facilitará la comunicación entre vosotros y mejorará el bienestar emocional. Muchas mujeres reconocen que después de poder expresar cómo se sienten a este respecto han experimentado una mejoría en su vivencia del sexo.
Planifica los encuentros con tu pareja; concertar una cita y dedicar tiempo a prepararla. Los detalles son importantes. A veces buscamos momentos que no facilitan el deseo: cuando estoy cansada, agobiada.
Dedica un tiempo a fantasear sobre sexo; ayúdate de lecturas, imágenes.. El deseo hay que incitarlo. El malestar es un círculo que se retroalimenta: como no sientes deseo no practicas sexo y si no lo practicas no hay deseo.
Acepta tu cuerpo: encontrarte bien con su aspecto físico aumenta tu seguridad y tu confianza. Una mujer segura se relaciona con el sexo de una forma más desinhibida y placentera.
Date permiso para sentir; es normal que si tienes una época en la que no te encuentras bien emocionalmente hayas perdido el interés por el sexo. Cuidate y no te castigues por ello.
Elimina la culpa de tu discurso. Sentirte culpable por cómo te sientes no te ayuda, solo te bloquea más y te impide avanzar. Acéptate y permítete sentir distintas cosas a lo largo de tu vida.
Interésate por conocer tu propio cuerpo. Si tú sabes realmente lo que te hace sentir placer te será más fácil poder transmitírselo a tu pareja sexual.
Recuerda…SENTIRTE BIEN CONTIGO MISMA TE AYUDA A DISFRUTAR MÁS DEL SEXO.
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